Alguna vez en tu vida te has hecho la pregunta, del ¿Porque te ha tocado vivir lo que estás viviendo?, y te preguntas a veces como existen seres humanos que se regocijan haciendo el mal. El mal y el bien están presente en todos nosotros como seres humanos que somos.
Los seres humanos tenemos esas dos facetas, las cuales debemos aprender a equilibrar. Todo proceso, dulce o amargo, viene a dejarnos aprendizaje. La vida es como un bumerán que te pega en la cara, porque lo que haces a otros, tarde o temprano regresa a tí con mayor intensidad, la famosa ley de atracción.
Si haces el bien, eso recibirás, pero si haces el mal, todo dependerá de cuán consciente estés de lo que estés haciendo, ya que si lo hicistes conscientemente o con algo de conciencia, en algún momento de tu vida el bumerán te golpeará con fuerza para que sientas lo que el otro sintió, pues cuando tu actuas mal, tarde o temprano, te tocará pasar a tí o un ser querido, por ese camino de espinas que le habías creado al otro, y con el que regocijaste.
Ahora bien, cuando eres el que recibe ese mal que otro te quiso causar, tienes dos caminos, uno, de sentarte a llorar y quejarte por eso que te hicieron, el otro es sacudirte, analizar con profundidad, enfrentando hasta lo errores que cometistes para permitir que eso ocurriera, analizar el comportamiento del otro, para tomar conciencia, de lo que estuvo b
ien y de lo no estuvo bien, es decir analizar todo el proceso que pasastes desde tus zapatos y desde los zapatos del otro. Tomar conciencia, aprender la lección, y entender que esa otra persona, solo fue el medio que permitió que se originara en tu vida, un proceso por el cual tenías que pasar, para poder seguir evolucionando e internalizando quien es tu verdadero yo, y todo ese potencial que está en tí.
Dar siempre gracias a la vida por lo bueno, por lo malo, por esos seres que han pasado por tu vida, que han originado procesos a veces dulces, a veces amargos, pero que al final del camino, fueron proceso que te ayudaron a ser quien hoy en día eres, un ser maravillo, con potencial, en continua evolución.
Todos los seres humanos estamos interconectados, somos energía pura, vibrante, consciente, es por ello que está en nosotros ese equilibrio del bien y el mal, está nosotros sanar heridas, perdonar y perdonarnos a nosotros mismos, como seres humanos que somos.
Todos somos alfa y omega en los procesos de evolución propia o de otros, a nuestro alrededor, por tanto es importante siempre concientizarnos de que nuestras acciones pueden de una forma positiva o negativa, impactar a otros.
Recordemos siempre agradecer a aquellos que aún queriendo hacerte mal, fueron sin saber, esa chispa que inicio un proceso de evolución por donde tenía que pasar, para llegar a ser quien eres hoy en día.
María A. Tuozzo M.
Hablando de procesos humanos.
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